jueves, 2 de septiembre de 2010

un perro sabio

Un día, pasó cerca de un grupo de gatos, un perro sabio.

Y viendo el perro que los gatos parecían estar absortos, hablando entre sí, y que no advertían su presencia, se detuvo a escuchar lo que decían.

Se levantó entonces un gran gato grave y circunspecto, miró a sus compañeros, y les dijo: Hermanos, orad; y cuando hayáis orado una y otra vez, y vuelto a orar, sin duda alguna lloverán ratones del cielo.

Al oír esto, el perro rió para sus adentros, y se alejó de los gatos, diciendo: ¡Ciegos e insensatos felinos! ¿No está escrito, y no lo he sabido siempre, y mis padres antes que yo, que lo que llueve cuando elevamos al Cielo plegarias y súplicas son huesos, y no ratones?




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